De camino a la ciudad dorada

- Nos estara buscando es posible, pero no creo que haya sido mas rapido que nosotros. Podemos ir hasta alli ahora mismo y asi poder hablar con el rey antes de que llegue tu hermano. Si llega el y es cierto que le estan controlando, hara todo lo posible para convercerle de que no somos de fiar ninguno de nosotros y desbaratara la profecia.- digo levantandome y me pongo a caminar dando vueltas alrededor del arbol.

-No sé si me creerá. No soy importante.-levanto la mirada mientras todos me miran-además tampoco se demasiado, pero está bien. Si creéis que es lo mejor, hablaré con él cuando lleguemos. Pero ahora quiero descansar. ¿Es posible o partiremos enseguida?

Salimos de la cueva. El grupo estaba reunido discutiéndo sobre algo, pero al aparecer yo, de pronto se callan.

-Bueno veo que molesto aquí-lanzo una mirada significativa a Durbat-mejor os dejo aquí. Estaré en el bosque, asi si alguien me pilla desprevenida podrá matarme y acabar con vuestro problema.

Me doy la vuelta y lentamente me adentro en el bosque, tumbándome entre unos matorrales. Y ahora solo quedaba esperar.

- Debemos descansar todos. Mañana será un dia largo, ya que no tenemos caballos para todos y avanzaremos a través del bosque, por lo que tardaremos algo más. Y por el rey de Rohan no os preocupeis. Por muy fuerte que sea el que haya controlado al rey de Gondor, no puede mantener su control en dos personas tan alejadas. En ese caso, mi magia nos ayudará. Yo estaré de guardia esta noche. El resto descansad.

Me levanto y con un simple hechizo enciendo una hoguera, a la vez que miro a Kea y cuando nuestras miradas se cruzan, la sonrio dulcemente.

Asiento ante las palabras del mago, me acerco hasta Eleneär susurrandola que la quiero al oido. La cojo de la mano y nos tumbamos en el interior de la cueva. Me pongo a su lado y la beso por el cuello, subiendo hasta sus labios.

- Espero que no vuelvas a ponerte celosa por Alysanne. Yo solo te quiero a ti.- digo rodeandola con mis braos y dejando que apoye su cabeza en mi pecho.

Cuando la pareja de elfos se introduce en la cueva me tumbo junto al fuego.

- Creo que me quedare aqui, no quiero molestar a los tortolitos.- digo acomodandome y mirando las estrellas-Aunque caso prefiero dormir aqui, la unica cueva en la que puedo dormir es donde esta mi hogar.

-Jajajaja. Está bien, pero no hagas eso. Quiero descansar y esa no es una buena forma de conciliar el sueño.

Apoyo la cabeza en su pecho y cierro los ojos mientras le abrazo.

-Te he echado de menos.

Alysanne se aleja y los elfos se meten en la cueva a dormir yo me dispongo a ir tras la rubia.

- Espera Alysanne, yo voy contigo. No quiero que estes solo por estos lugares, podian atacarnos mas orcos.- digo yendo tras ella y sentandome a su lado.

Veo como la pareja de elfos se van a la cueva, los humanos se alejan para estar solos, quedándo junto al fuego Istar, Gmork y yo.

-Istar,¿podemos hablar? Es sobre lo que pasó en la pelea. En privado, por favor.

- Claro Kea.

Espero hasta que todos se han retirado de donde nos encontramos.

- Dime, ¿que es lo que te inquieta? ¿Tiene que ver por lo que ha pasado antes?

Artemis me ayuda a llegar a una de las cuevas cerca de alli. Me tumbo en el suelo, extendiendo una de las mantas. Me desabrocho la camisa para ver el estado de mi herida. Me quito las vendas y no hay ni rastro de cicatrices ni de heridas. Mi pecho vuelve a estar totalmente limpio.

Alzo la vista para ver como Artemis observa mi musculoso pecho. Le sonrio.

- ¿Te gustan las vistas?

Nos vamos a una de las cuevas cercanas y miro como Mathian se quita la camiseta rapidamente. Yo hago lo mismo y le replico.

- Mira chaval, esto es ser un chico fornido, lo tuyo es un intento fallido.- digo acercandome hasta el y tumbandole en el suelo.

Me pongo encima suya y le beso con pasion en los labios.

Asiento en silencio.

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué me pasa esto?

-Yo... pensé en tí-le miro sonrojada-te ví en el suelo, inconsciente, y no podía pensar en nada más que salvarte. Que salvarnos para poder estar contigo más tiempo.En todo lo que te quería. Y puf, salió. Sin más.

Le cojo de la mano y la atraigo hacia mi, para abrazarla con fuerza. Sentia su miedo por lo que acababa de pasar. Estaba muy asustada.

- Tranquila, mi amor. Te doy las gracias por salvarme la vida. Ahora estoy en deuda contigo. Soy tu humilde siervo asi que pideme lo que desees y será tuyo - le digo y la sonrio, bromeando.

Cambio mi expresión a algo más seria para abordar de nuevo el tema.

- No quiero presionarte ni obligarte a nada, pero quizas volvamos a necesitar a ese lobo. Y creo que deberias aprender a controlarlo, al igual que el resto de tus habilidades. Pero no tienes que renunciar a tus creencias o devociones, sigues mostrando tu respeto hacia los Dioses, solo que de otra manera. ¿Que me dices?

-No me sueltes Istar-susurro mientras me habla-¿Lo que quiera eh? Bien pues quiero un beso-el mago sonríe y me corresponde-¡Y ahora un Unicornio, blanco, precioso!

Sonrío y luego vuelvo a quedarme seria.

-Pero no sé controlarlo Istar, ni siquiera sé cómo materializarlo.En cuanto a los Dioses... es posible que ellos me dotaran de este..¿don? por alguna razón, pero no sé cómo usarlo. Quizá se equivocaron de persona.

Sonrio ante la broma del unicornio. Luego dice que no sabe si ella es la adecuada para usar estas habilidades.

- Amor mio, no pienses que no eres adecuada para estos dones. Solo es cuestión de practicar y de entrenar. Yo te ayudaré en todo lo que esté en mi mano. No te precupes preciosa. Estaré a tu lado para lo que necesites.

-No era broma, quiero un Unicornio. Pero sea como sea, no estás para todas las cosas ¿has visto antes? Todos tienen pareja. Se muestran su amor. Y nosotros no podemos Istar. Y tengo que luchar por no decirlo, por correr a tus brazos y besarte hasta cansarme. -suspiro-Si crees que será útil, será un honor y un placer que el mejor mago de todos los tiempos me instruya en esto.

Escucho sus palabras y dice lamentandose que no podemos demostrar nuestro amor. Ojala pudieramos estar juntos y no tener que ocultarnos.

- A mi también me gustaria poder estar siempre contigo. Y te juro que lucharé por conseguirlo. En cuanto a lo del unicornio...no puedo conseguirtelo porque ya no existen. Pero si puedo darte esto.

En el silencio de la noche, silbo una preciosa y antigua melodia. A nuestro lado aparece uno de los Mearas, caballos legendarios bendecidos por los dioses.

- Este es mi regalo, Kea, para demostrarte mi amor. Juro protegerte mientras este con vida. Y prometo enseñarte todo lo que sé y usaras tus habilidades de la mejor forma posible.

La beso dulcemente tras decirle estas palabras.

Sonrio y comienzo a acariciarla el pelo.

- Eleneär tengo que contarte lo que nos ha pasado desde que me separe de ti.- digo narrandole todo lo que nos sucedio, incluso lo de su hermano sin omitir ningun detalle, excepto el beso que la di a la rubia para salvar a Mathian-Por lo de la magia negra que use, creo que no pasara nada. Istar dice que no use mucha y que fue para cuerar...aunque nose esa noche me senti extraño y violento.- digo abrazandola esperando que nunca tenga que volver a usarla.

Cansado, miro a mi alrededor como todos se disponen por parejas, los dos hombres se van juntos al igual que los elfos, que bonito es el amor. Istar y la sacerdotisa tambien se apartan del grupo, dejandome solo pensando en Durbat y esa rubia.

Me quedo dormido junto al fuego, harto de vigilar a la gente. Total Durbat ya es suficientemente mayor para saber lo que hace, si no quiere hacerme caso es su problema. Es lo ultimo que recuerdo antes de dormirme.

Me rio ante el comentario de Alysanne.

- Lleva cuidandome mucho tiempo y aunque no lo parezca es como si fuese mi padre, simpre hemos estado solos. Ahora estamos con mucha mas gente y casi no estamos juntos, encima ahora apareces tu. El se ha puesto celoso, pero tranquila se le pasara.- sonrio.

Camino hacia el caballo levantando las manos. El precioso animal agacha la cabeza para que pueda acariciarle. Es blanco como los rayos de luna. El nombre sería fácil.

-Te llamaré Moonlight-me giro hacia Istar-Es perfecto. Gracias.

Le abrazo y le beso. Miro hacia Gmork, que ya dormía. Todo el campamento estaba en silencio. Acaricio su pecho subiendo hacia arriba para acariciar su cuello y junto nuestras frentes, haciendo que se pongan en contacto tambien nuestras narices.

-¿Crees que podríamos...pasar algun tiempo juntos? ¿ahora?