Miro a Kea. Está profundamente dormida. Es preciosa. La abrazo fuerte con mis brazos, y temiendo que este momento de intimidad dure poco, aunque ninguno de mis compañeros puede vernos ya que mi águila va en cabeza del grupo. De repente, se mueve y abre los ojos.
- Buenos dias, mi señora. ¿Como estas pasando el viaje? - le pregunto, dándole u suave beso en los labios.