Voy camino...Nogrod

Vamos caminando por las bastas montañas Azules, llegamos a un pequeñi pico donde hay una cueva y decido descansar ahi, a comer un rato. Ademas no es bueno andar tan de seguido por estos terrenos.

- Chicos, descansemos un rato. Tu casa esta cerca Gmork, lo se, pero paremos a comer algo.- digo sacando cosas de la mochila-Cuentanos algo sobre tu familia Gmork, no se nada sobre ellos y no quiero parecer bobo cuando entre a tu casa.- digo sonriendo.

Me siento enfrente del elfo, dejando que a su lado se siente la elfa. El me ofrece pan de lemba, que lo cojo mirandolo con pena y saco un pedazo de chorizo que aun me quedaba.

- Mi familia, nose es un poco extraña, supongo que es por ser enanos. Mi mujer se llama Arda y es bueno, preciosa para el gusto de los enanos.- digo sonriendo-Llegamos a tener 14 hijos, pero la mayoria se mato por tomar el control de la herreria de mi abuelo. Ahora solo me quedan 3, o eso creo.- digo apenado.

Hacemos una parada más que merecida. Todos queríamos llegar cuanto antes, pero aunque no lo reconociéramos, estábamos cansados y afectados por lo ocurrido. Se podía ver en la cara ojerosa y triste del enano, y la forma en la que Huindur trataba de animarlo inútilmente, pues al sacarle el tema de su familia, nos confiesa la muerte de 11 de sus hijos. Sin poder evitarlo, sonrío algo fugazmente, al recordar como hacía apenas unos meses, habíamos comenzado el viaje y ambos discutían, y ahora trataba de hacerle más llevadera su pena. Me siento junto al elfo sin mostrarle ningún tipo más de cariño que coger su mano, por respeto a Gmork.

-Aún podéis tener más, si lo queréis. Todas las mujeres quieren hijos,¿no?Y esta vez estar ahí para darles una buena paliza cuando se lo merezcan.-le sonrío mientras Huindur nos reparte el pan-Creo que empiezo a necesitar una comida algo más decente que pan de lemba. Espero que Arda pueda alimentar dos bocas más.

Despacho la comida rapidamente, debido a mi apetito voraz. Miro a los elfos y continuo hablando.

- Seguro que alimenta dos bocas y mil mas, ella hace estofado para toda la region. Es un poco burra la verdad.- digo levantando los hombros- ¿Hijos? no quiero mas con los que me quedan ahora me vale, son los mas inteligentes y los que mas se parecen a mi. Asi que son los mas guapos tambien.- digo riendome.

Me quedo mirando el paisaje de mi alrededor, tengo ganas de llegar a mi casa y ver a mi esposa.

- Daos prisa en comer, no quiero llegar muy tarde o nos perderemos la cena.

Sonrio ante las palabras del enano, cuando habla de su mujer le cambia la expresion y dentro de muy poco estaran juntos otra vez.

- Bueno...son enanos y si encima se parecen a ti, nose como explicarlo pero muy guapos no pueden ser.- digo sonriendo y Gmork, me hace gestos de burla-Espero que si alguna vez ella y yo tenemos uno, tu le cuides Gmork. Seria muy divertido.- digo acabando el pan.

Me levanto estirandome esperando a reanudar la marcha, en un par de horas llegariamos al lugar indicado.

Miro a Huindur. ¿Ha dicho si tuviéramos un hijo? Repentinamente, no tenía más hambre. Guardo el trozo de pan que aun me sobraba y me levanto.

-Si, claro. Estoy lista.

Me levanto y empiezo a caminar enfrente del grupo pesando en lo que había sugerido. Pero pronto comienzo a pensar que fue un comentario sin ninguna otra intención y disminuyo el paso para quedarme junto a Huindur.

-No podemos quedarnos mucho tiempo aquí, ¿lo sabes verdad?-le susurro para que Gmork no lo oiga-Si hay un montaraz o alguien por ahí, en peligro, con el destino en sus manos, debemos encontrarle. Istar y Kea no saldrán de la torre, y los humanos están demasiado ocupados siendo felices. En cuanto a Gmork, dudo que le interese nada más que matar a la rubia...

Me quedo atras con Eleneär para hablar en privado.

- Ya se que tenemos que ir a buscar a un montaraz, pero creo que podriamos hacerlo junto a el, si a ti no te molesta. Creo que deberiamos acabar con ella, si alguien le mando matar a Durbat probablemente le mande a por el resto.- digo-Ademas debemos esperar a que la profecia sea interpretada por completo, poedmos volver a estar equivocados otra vez.

Suspiro y niego con la cabeza.

-Precisamente por eso. Podemos ir tras ella, buscarla por todo el continente, pero ella solo es la mano ejecutora. Las órdenes vienen de alguien.Sería una pérdida de tiempo. Acabaremos con ella, si, y ¿qué? Quien sea que la ha contratado conseguirá a otro matón y será siempre lo mismo. Yo también la aborrezco,y quiero vengar a Durbat, pero no tiene sentido ir todos tras ella cuando quien de verdad es peligroso, es su jefe.

Miro a Gmork con tristeza que camina lo más rápido que sus cortas piernas le permiten, aunque a nosotros no nos haga caminar más rápido de lo habitual.

-Pero si quieres quedarte con él, lo entenderé.

La miro dandole la vuelta para mirarla a los ojos.

- Entiendo lo que dices sobre Alysanne, pero si la encontramos a ella puede que saquemos algo sobre su "jefe". O puede que no pero entonces seguiremos buscando por otro lado.- digo-Mirale, la profecia le metio en esto y el daria todo por ella. Ahora nos toca a nosotros ayudarle. Aunque si no quieres quedarte yo te seguire, hasta donde me lleves.

-De sobra sabes que no le sacaremos nada.-suspiro-no quiero obligarte a venir conmigo, pero tampoco quiero ir en busca de alguien que no nos beneficiará en la profecía. Entiendo el dolor de Gmork, y que quiera vengarle.Solo digo que no deberíamos empezar una busqueda inutil para esa chica. Sino empezarla por quien haya podido contratarla. Además, no sé si quiero ser partícipe de su asesinato a sangre fría. Quizá podríamos llevarla a Gondor. Allí mi hermano la juzgaría.

Off: nuestra primera discusion de pareja xD

- ¡Ah! Claro tu hermano el rey de Gondor, el mismo que ha puesto precio a mi cabeza, ahora va a ayudarnos porque voy contigo. Mira Eleneär, se que tienes parte de razon pero Gmork nos necesita. Yo he dejado de creer en la profecia y si la profecia no hablase de un montaraz. Estamos dando palos de ciego sin saber nada claro. Yo me quedare con Gmork, lo siento.- digo besandola y poniendome al lado de Gmork.

Sigo andando delante de los elfos que van por detras hablando de cosas que yo no debo enterarme ni quiero. Al llegar al final de la colina, se ve un camino descendente que acaba en la entrada de Nogrod, una basta ciudad enana llena de tuneles. Justo al este de la entrada hay una cueva inferior con una puertecilla de hierro, ese es mi hogar.

- Mirad esa es mi casa.- digo señalando a la cueva.

Huindur me empuja un poco y salgo corriendo hacia alli, llamando a gritos a mi mujer.

- ¡Arda! ¡Gmork ha llegado a casa!- digo acercandome a la puerta.

Entonces de ella sale uno de mis hijos que quedan vivos, Garlin.

Tras viajar por las bastas tierras medias, volví a casa. Allí me entere que solo dos de mis hermanos quedaban con vida después de mi partida y que mi padre se había marchado. Una semana después de mi llegada a casa y de disfrutar la jugosa comida que so los enanos sabemos preparar. Oigo en la lejanía unos gritos "¡Arda! ¡Gmork ha llegado a casa!" y digo -¿Mi padre?, esto tiene que ser una broma- mientras abro la puerta y allí le veo encima de la colina en la cual empezó aquella ardua competición por la herencia del abuelo. Grito -¿Padre eres tu?-

De repente una figura sale por la puerta de la casa, me acerco corriendo hacia alli al reconocer a mi hijo Garlin para abrazarle.

- Garlin, hijo mio. ¿Como estas?- digo retirandome para verle mejor-Ellos son unos amigos y tratalos bien aunque sean elfos, son Huindur y Eleneär, ¿donde esta tu madre? es raro que no salga a recibirnos.

Veo como mi padre se me acerca me abraza, y me presenta a sus amigos. Miro a los elfos con cara de pocos amigos, "pienso: siempre he odiado a los elfos ¿que hacen en mi casa?"
Después oigo como mi padre pregunta sobre madre y pongo cara de tristeza, me arrodillo ante el y digo -Padre.... fue culpa mía, tras ganar la competición con mis hermanos, y quedar tres. Mis hermanos se fueron fuera y yo al cabo del tiempo también y madre se quedo sola....-snif-Un dia según me ha dicho el pueblo llego una partida de elfos oscuros en busca de un arma antigua de nuestra aldea... y asesinaron a madre. Ella sabía donde estaba lo que buscaban y en vez de mandarlos hacia mi como debería haber sido fue asesinada.
Veo como padre se enfurece y digo-Pero padre cuando me entere de ello les di caza y los asesine con la misma arma que ellos deseaban-digo mientras le enseño a mi padre el hacha de doble mano.
-Lo siento padre os he fallado haced lo que convengáis conmigo-digo mientras noto la mano de mi padre agarrando fuerte mi cabellera.

Cuando mi hijo me dice la noticia de la muerte de mi esposa, le cojo de la caballera haciendo que se ponga de rodillas. Los elfos oscuros la asesinaron para conseguir el arma que mi padre fabrico hace muchos años.

- La culpa no es tuya, fue mia por dejaros a todos solos. Solo es culpa mia, mi familia se desintegra poco a poco y todo por mi culpa.- el drow intenta consolarme- Tranquilo Huindur, se que tu no eres como ellos. Me lo has demostrado durante estos meses que hemos estado juntos. No te guardo rencor...- digo apretandole la mano.-Entremos a mi hogar.

El enano recibe otro mazazo, los elfos atacaron cruelmente esta zona de los enanos hace muchos años, ahora los mios han tomado el relevo buscando un arma que posee el hijo de Gmork. El enano se enfada con su hijo tirandole de rodillas al suelo, cuando le suelta me acerco para consolarle, odio a los de mi propia raza.

- Tranquilo Gmork, nunca te dejare solo. Si tu lo deseas claro, entiendo que los enanos me odien, pero yo comparto vuestro odio a los de mi raza.- Gmork asiente apretando mi mano y se introduce en su hogar.

Le sigo y antes de pasar ayudo a Garlin a levantarse.

Tras las palabras reconfortantes de mi padre y el discurso del desconocido elfo. Veo una mano que se tiende a ayudarme a levantar la cojo firmemente y me levanto, acto seguido me doy la vuelta y me dirijo hacia mi casa balbuceando -Elfos... padre debe estar loco si cree que yo también trataré con elfos... te has vuelto débil padre

Aparto al elfo cuando va a besarme y me adelanto para caminar junto a Gmork hasta una colina, desde la que podemos ver su pueblo. Lo siguiente ocurrió de forma mecánica. La aparición de uno de los hijos de Gmork, la noticia de la muerte de su mujer. Probablemente demasiado para el enano. Supongo que debía retrasar mi partida después de todo.

- Siento mucho...- pero no parecen oirme, pues padre e hijo se han puesto a hablar, siendo las palabras de éste último solo de desprecio hacia nosotros.

Camino tras ellos para llegar a una casita, ambos enanos entran y Gmork nos invita a pasar. Al entrar me disculpo y después de que Gmork me diera una habitación, entro para descansar.

Hago pasar a los elfos a una pequeña estancia de la cueva cerrandoles la puerta para que nadie pueda verles, saliendo yo al exterior de nuevo con mi hijo.

- Tienes dos opciones Garlin o te callas la boca y vienes con nosotros a hacer una cosa que tenemos que hacer. La otra opcion es que te calles tambien y te vayas como si nada de esto hubiese pasado. Tu eliges, pero ellos van a estar en mi casa y tu hasta que no los aceptes no eres bien recibido aqui.

Veo como los elfos entran en casa y padre y yo salimos fuera un momento dandome un ultimatum.
-Esta bien padre cerrare mi boca, pero más vale que esos elfos tengan buenas intenciones sino.... a no ser que traigan consigo un buen barril de hidromiel- digo riéndome exageradamente.

Entro en mi antiguo hogar y me siento en una pequeña silla, escondiendo mi cabea entre mis manos. Me limpio las lagrimas rapidamente y llamo a los elfos y a mi hijo.

- Garlin y vosotros elfos, venid para aca. Tengo cosas que hablar con vosotros.- digo cruandome de brazos y esperando a que llegen.

Después del ultimátum con padre entramos en casa el se sienta en su silla favorita mientras yo me dirijo a la despensa. Cuando oigo la voz de mi padre llamándome. -¿Qué deseas padre?-digo al acercarme al salón con unas botellas de hidromiel.

Tardo un poco en salir de la habitación, y cuando lo hago me encuentro al elfo y los dos enanos. Miro a Gmork, pero ignoro al resto, sobre todo al elfo.

-Sé que lo estarás pasando mal. Y que no es un buen momento. Si quisiéras quedarte aquí un tiempo con tus hijos, lo entenderíamos. Y también entenderíamos si quisieras que nos fuéramos para no causaros problemas-miro de reojo a Garlin y luego apoyo una mano en el hombro de Gmork en señal de apoyo.

Los primero en llegar son el elfo y mi hijo, poco despues llega la elfa que me empieza a hablar.

- No hace falta que os vayais, a mi no me importa lo que piense la gente de mi raza sobre mi comportamiento con los elfos. En cuanto a mis hijos, de eso queria hablar.- digo- Me gustaria que mientras buscamos cosas sobre la profecia, podemos buscar a esa rubia para matarla y que nos acompañe en el viaje mi hijo Garlin.