Voy camino...Nogrod

-Supongo que es porque en el fondo, a quien quiero es a tu pantera.-río

Me levanto, me visto y recojo mis pocas pertenencias en una bolsa que cuelgo a mi espalda, junto al carcaj y arco, y la espada a mi cintura.

-Necesitaremos caballos. ¿Crees que podrías conseguir algún meara?

Sonrio al oir como ella dice que al que en realidad quiere es a mi pantera, que por el halago que le ha dicho la elfa, se levanta y se pone a restregarse por sus piernas.

- Si supongo que si que podria, aunque nose si habra alguno cerca de esta zona. Aqui no hay mucho bosque como puedes observar, pero lo intentare.

Salimos al exterior de la casa con sigilo y mirando de que ningun enano se fije en nuestra presencia. Comienzo a silbar una cancion suave que el viento la arrastrara hasta el oido de algun meara, o eso espero. La miro a Eleneär y la pregunto algo.

- Vamos a irnos sin Gmork y sin Garlin ¿verdad?

Asiento en silencio.

-No sé si Gondor es un sitio para ellos. Si es verdad que mi hermano está poseido, no sé si podría protegeros a todos. Además si nos separamos, cubriremos más terreno y encontraremos más noticias.

Cojo un papel y le dejo escrita una nota a Gmork y Garlin:

" Queridos Gmork y Garlin:

Huindur y yo hemos tenido que partir a Gondor. Debemos ayudar a mi hermano y descubrir si sabe algo del que contrató a Alysanne para matar a Durbat. En cuanto esté todo bien por allí os enviaremos una carta para reunirnos. Por el momento no os acerquéis por aquí. Podría ser peligroso.

Sed buenos y que Eru os proteja

Elenear"

Asiento ante la respuesta que ya sabia de antemano, la miro con tristeza mientras escribe una carta para los enanos. Cuando termina se da la vuelta y la pone en la puerta clavada con una de sus flechas. De repente se oye ruido de cascos, sonrio y veo aparecer a dos mearas, no sabia que estubiesen en una zona cercana.

- Son dos hembras y han adcecido a llevarnos a donde queramos, asi que manos a la obra. Cuando antes llegemos mejor.

Me subo a mi caballo acariciandole el cuello y el crin, el caballo relincha y se pone sobre las dos patas traseras levantando las delanteras, y cae lentamene al suelo volviendo a posar sus cuatro patas en tierra firme.

- Creo que quieren salir de aqui cuanto antes.

Acaricio la puerta y luego me giro. La yegua se había acercado a mí con la cabeza agachada. Acaricio su cuello y de un pequeño salto subo a su grupa. Paso mis manos por su crin y le susurro " Gondor".

Inmediatamente el caballo empieza a trotar para introducirse por los excasos árboles que había alrededor.

Cabalgamos durante todo el día, y al anochecer apenas podía notar mis extremidades. Me dolía el trasero, la espalda y las piernas. Pero no quería quejarme.

Me levanto a la mañana siguiente, despues de haber pasado una de las mejores noches despues de mucho tiempo. Salgo al exterior a tomar un poco de aire fresco, algunos enanos me saludan desde lejos con la mano y yo les correspondo el saludo, al ir a volver dentro de la casa encuentro una nota de los elfos clavada en la puerta. Me dicen que se han ido a resolver algunas cosas, jodidos elfos, me han dejado solo. Entro en la casa enfurruñado y despierto a Garlin a gritos. Si ellos se han ido yo hare lo que me de la gana con la profecia y el resto.

- Garlin vamos tenemos que irnos nose hacia donde, pero nos vamos. Los elfos se han ido, alfinal tu saliste con la tuya y nos tocara ir solos.- digo al verle entrar en el comedor.

Oigo los gritos de mi padre refunfuñando, y me despierto. Entro en casa y me dirijo al salón y cuando llega me dice que yo me he salido con la mía respecto a lo de los elfos. Y digo -Eso no es cierto padre, yo al final los acepte. Ellos han sido los que no han contado con nosotros, pero al fin y al cabo es mejor. Yo tengo pistas que no llegue a compartir en su presencia. Así pues utilicemoslas y emprendamos nuestro viaje.-digo preparando mi mochila con diferentes utensilios y herramientas.

Oigo lo que me dice, le cojo del hombro tirandole hacia mi.

- Espera espera muchacho, no tan rapido. Antes de salir de aqui quiero que me cuentes todos esos detalles que conoces nose como, soy todo oidos.- digo dejandome caer en una silla.

Cuando estoy preparando la mochila siento una mano apoyada en mi hombro y veo como mi padre me dice que le cuente todo mientras se sienta en la silla y me doy la vuelta. Entonces empiezo a relatarle todo- Empezó hace unos meses cuando me encontré con un mago oscuro en las colinas de hierro me dijo que le arreglara la espada, sigo que su hermano se la rompió, un mago blanco al parecer y creo que son gemelos. El parece saber algo padre lo se lo sentí en su mirada y en sus ansias de venganza.... deberíamos buscarlo padre- le describo como vestía y el báculo que llevaba con la intención de saber si el lo conoce.

Mi hijo ya nos habia contado que se encontro con un mago oscuro, pero no que ese mago supiese algo sobre la profecia, y tampoco que tubiese un hermano gemelo que fuese un poderoso mago blanco.

- Esto lo tenias que haber contado anoche, y a lo mejor ellos podian haber sacado algo sobre ese mago. Si hubiese alguna forma de comunicarme con Istar...el seguro que sabe quien es ese mago, tal vez.

Salgo del salon y voy a la parte trasera de mi cueva, alli seguian mis dos halcones en sus postes atados a sus patas, para que no pudiesen escaparse. Les acaricio a ambos que pian con alegria al verme, cojo a uno de ellos, al macho. Ya no recuerdo casi ni su nombre, Pichi se llamaba. Escribo una nota en un pequeño trozo de papel diciendole a Istar lo que hemos descubierto. Se la pongo a el halcon en la pta y le susurro que debe ir a la torre de Isengard. Le veo salir volando de alli, con ansias de libertad, hacia mucho que nadie les usaba.

- Ahora solo toca esperar, aunque tardara varios dias. Podemos ir a investigar mientras por nuestra cuenta.

Veo como padre baja al sótano, mientras me pregunto que pretende bajando allí. Unos minutos después veo un halcón sobrevolando el cielo. Y acto seguido ami padre subiendo por la escalera.
-Bueno ¿que padre marchamos ya de casa?

- Pues si nos vamos de casa, aunque lo que nose muy bien es por donde empezar a movernos...¿alguna idea?- le pregunto a mi hijo pues el fue el que tubo un pequeño encuentro con la posible mano negra que movio los hilos para acabar con las esperanzas que nos habia dado la profecia.

-Yo me lo encontré en las montañas de hierro padre, pero dudo que este cerca, quizás deberíamos ir a visitar algún otro mago ¿no?-digo mientras me dirijo hacia la puerta a coger mi hacha y a abrir la puerta.