De camino a la ciudad dorada

-No te preocupes. Estoy acostumbrada a que la gente nos e fíe de mí-"excepto tú, y eso te costará la muerte" apoyo la cabeza en su hombro-Pero tú has venido conmigo, ¿por qué? ¿Tú sí confías en mí?

Las palabras de Durbat me sientas como una patada en la entrepierna y me quedo alli sentado, viendo alejarse al montaraz. Escondo la cabeza entre mis manos y una lagrima cae por mi rostro. Me levanto de alli rapidamente y comienzo a alejarme del grupo.

- Me voy lo siento, no aguanto mas esto. Ese montaraz es bobo y nunca me hace caso, yo paso de ser la niñera de nadie.Me marcho a con mi clan.- digo andando.

Asique mi hermano tenía mi colgante. Debería ir a visitarle cuando todo esto acabase.

Andaba perdida en mis pensamientos cuando Gmork anuncia su decisión.

-¿Qué? No puedes irte. Durbat te necesita, y nosotros también. Es posible que sea un bobo, pero en el fondo te aprecia. Y tú a él.

- Quiero ponerte al dia y no creo que sea buena idea que lo oiga todo el mundo.- digo - La chica, Alysanne es una asesina a sueldo que intento matar a Mathian que es hijo del senescal de Gondor. Luego el rey nos capturo y ella nos salvo, es algo muy complicado de entender.- digo haciendo una pausa - y lo que mas me preocupa, mi padre nos encontró y los atacó. Mathian quedó muy malherido y tuve que usar magia oscura para salvarle. - digo agachando la cabeza.

- No es que confie de ti, pero estoy cansado de que ellos tengan todas sus expectativsa en mi por algo que yo nunca he pedido. Pero bueno nose he venido aqui porque pareces una chica agradable.- digo acariciandola el pelo- y guapa, muy guapa.

Escucho la historia de Huindur con interés. Al mencionar a su padre recuerdo nuestro primer enfrentamiento en el bosque.

- No tienes nada de lo que preocuparte. No es mucha la cantidad de magia oscura que usaste, y ademñas lo hiciste para curar y no para matar. Ahora estás a salvo de tu padre. Lo que no termino de entender es que el rey de Gondor os hiciera eso. Y es muy sospechoso que esa chica venga con vosotros después de lo que os ha hecho. En cuanto al jóven, veo que esta en buenas manos - digo, mirando a Kea. - Debemos de mantenerla vigilada, solo por si acaso.

Sigo caminando cuando oigo la voz de la elfa.

- ¿Me aprecia? me hace sentir como un estupido como si mi familia no me hechase de menos y no fuese importante para ellos. ¡Oh claro!, el pobre Durbat me necesita, pues no lo demuestra. Se ha ido con esa golfa rubia dentro de la cueva. Sin hacerme caso otra vez, yo no me fio de esa mujer, algo me lo dice- le digo a la elfa acercandome de nuevo.

Cierro los ojos cuando me toca. " No... no" pienso al venirme a la mente las imágenes del rey. Rápidamente las encierro de nuevo en mi mente y abro los ojos para sonreirle.

-Yo no tengo ningún plan para tí que tú no quieras-apoyo la mano en su pierna pensando un " excepto que mueras rápido"- Pero si esta noche te sientes sólo y no quieres dormir con el enano, y relajarte, ven a buscarme. Me encantará dormir acompañada.

-A mí tampoco me gusta-aunque no sabía si era por haber estado con Huindur o por otra cosa-pero por eso mismo debes quedarte y vigilarle. En tí confía más que en nadie. Y aunque pienses que no, él te escucha. En cuanto a lo de tu familia,claro que te extrañarán ¿Cómo no hacerlo? No oyen gruñir a nadie-río y me retiro para hacerle hueco en el árbol donde estaba sentada.

Suspiro aliviado al oir que la magia oscura que use no me afectara ni a mi ni al muchacho.

- Yo nose si fiarme de ella, pero después de salvarnos y no matar a Mathian porque se lo pedí yo, no sabía que hacer con ella. No podía dejarla en Gondor, la hubiesen matado. Pero no la quitare el ojo de encima, además creo que Gmork piensa como nosotros.- digo al oir las palabras del enano.

Entonces veo a Eleneär que se encuentra cerca del enano intentando tranquiliarle, sonrio le pongo una mano en el hombro al mago y me dirijo hacia ella.

- Gmork, tranquilo no pasa nada. Te prometo que pronto iremos a ver a tu familia. ¿Ahora nos dejas solos?- el enano asiente agradecido y se aleja- Te he echado de menos, y mucho ademas.- digo besandola

- Tienes raon, me quedare aqui. Esa mujerzuela no se ganara la confianza de Durbat. Yo no lo permitire. No te creas que yo soy el gruñon tenias que conocer a mi esposa.- digo sonriendo.

Huindur aparece y me voy dejandolos solos, contento porque me ha prometido que haremos una visita a mi familia. Espero que sea pronto.

Miro a mi elfo sonriendo cuando nos quedamos solos. Recuesto mi cuerpo contra el de él con un suspiro.

-Yo también. No vuelvas a dejarme sola nunca ¿me has oido? Te marchas y apareces con una rubia guapísima y dos humanos moribundos. ¿Qué ha pasado con mi hermano? ¿Por qué tiene él el colgante?

Me acerco a Gmork y le pongo la mano en el hombro.

- Me alegro de que esteis todos bien. Descansemos y hablemos un rato. Saldremos dentro de poco para llegar a Edoras. Huindur, creo que deberias hablar con Eleneär sobre lo que me has contado. Debe saberlo.

Sonrio al ver como reacciona de forma celosa.

- Ella esta aqui, porque consiguio salvarnos de tu hermanito. El nos encerro en el castillo, cuando vio que tenia el colgante tuyo. Piensa que te he matado, capturado nose que te he hecho algo. No creyo que tu estubieses con un elfo oscuro. Y...bueno por Mathian no te preocupes, solo hemos tenido que salvarle dos veces. Su padre el senescal de Gondor, lo busca por traicion, aunque en realidad es por otra cosa, que descubriras si ves sus movimientos con atencion- digo sentandome a su lado y rodeandola con mis brazos.

Señalo a Artemis y Mathian para que puede ver lo que sucede.

Me acurruco en Artemis a la vez que acaricio su mano. Me voy recuperando después de que la sacerdotisa me sanara con sus poderes. Solo era cuestion de dias que volviese a ser el Mathian gracioso y jovial que siempre, sobre todo ahora que ya no estaba tan solo como antes.

De repente, todos nos miran. Me siento algo avergonzado. Pero me armo de valor y apreto con fuerza la mano de Artemis.

- Yo no soy ningún traidor. Simplemente me expulsaron por ser diferente a ellos. Por querer algo diferente. Pero no soy malo, y mucho menos un monstruo. Cosa que podemos decir del rey. No se si será el mismo o no, pero últimamente ha actuado de forma extraña.

Así que era eso. No es difícil descubrir dónde radica su diferencia. No obstante, cuando menciona a mi hermano agacho la cabeza avergonzada.

-Yo no sé... no puedo justificar a mi hermano. Pero él no es así.-miro a Huindur con pena-seguro que si hablara con él, si lo aclarara todo se solucionaría. Lo siento.

Me acerco a Mathian y me siento a su lado.

- Aqui nadie te va a juzgar por eso, tienes que darte cuenta el grupo tan pintoresco que formamos, y no les importa tus sentimientos hacia quien vaya.- digo besandole y al quitarme veo las caras de asombro de algunos de mis compañeros, menos de Huindur que sonrie- Sabemos que no estu culpa Eleneär, pero es posible que tambien le esten controlando a el.

La giro la cara para que me mire a mi.

- Tu no tienes la culpa de lo que hace tu hermano. Ademas el lo ha hecho porque se preocupa por ti, es cierto que tendria que haber actuado de otra forma, pero no pasa nada. Averiguaremos lo que le pasa y tu podras recuperar el colgante que te pertenece. Yo no lo necesitare mas, porque no voy a separarme de ti ni un momento.- susurro esto ultimo en el oido de la elfa.

"Si que es pintoresoco este grupo, si. Ojalá Kea y yo pudiesemos demostrar nuestro amor" - pienso, al ver a Artemis y Mathian besándose.

- Yo también conozco a l rey, Eleneär y sé que tampoco es así. algo raro está pasando aqui y nos ocuparemos de averiguarlo, te lo prometo. Cuando vayamos a visitarle, si est,a siendo controlado, le liberaré. No te preocupes por eso. Ahora debemos preocuparnos de llegar a Edoras y de que el rey de Rohan se una a nosotros. ¿Alguna idea?

- Elfita, tanto tu como yo no podemos controlar a los que queremos. En cuanto a lo de Edoras, creo que si estos cuatro estan siendo buscado por el rey de Gondor, no es buena idea ir desfilando todos juntitos por alli. Para conseguir el apoyo del rey, si no vale con las palabras yo me encargo de el.- digo amenazando con mi hacha.

Recuesta su cabeza sobre mi pierna y yo la miro dulcemente.

- No creo que Gmork me deje pero si lo consigo te juro que ire contigo. Por cierto no le tengas en cuenta lo que ha dicho alli fuera, es que se preocupa demasiado por mi.- digo.

Me acerco a sus labios y la beso.

Sonrío a Huindur con cariño, sin ver la hora de poder dormir abrazada a él. Pero la pregunta de Istar me devuelve al presente.

-Gmork tiene razón. Si mi hermano os está buscando, es probable que pida ayuda. Asique deberíamos evitar los caminos reales, ir por el bosque evitando cualquier pueblo. Al menos que les vean a ellos en los pueblos. Al llegar allí, deberá recibirnos. Es el rey. Pero no tengo ninguna idea de como convencerle de que se una a nosotros.

Curar todas las heridas de Mathian, incluso aunque la magia no fuera mía, me deja agotada. Me siento y escucho en silencio al grupo, ajena de todo y todos.
Finalmente levanto la cabeza cuando Istar habla, pero al no tener ninguna idea vuelvo a agachar la cabeza.

-Sois la princesa de Rivendel y Gondor. El Gran Mago. ¿Por qué no iba a ayudaros?

"No lo hagas, no me beses"

Pero por desgracia no parece leer mi mente, y me besa. Y me veo obligada a corresponderle si quiero mantener mi farsa. Pero el beso es corto, le separo colocándole la daga en el cuello con una sonrisa.

-Eso ha sido muy descortés-retiro la daga guardándola y besándole fugazmente de nuevo-aún no es de noche, tus compañeros aún no duermen, y ésta, no es mi cama.

Me sorprendo cuando me pone la daga al cuello y me vuelve a besar.

- Tambien tienes raon, debemos esperar a que todos se duerman. Salgamos a ver que es lo que vamos a hacer- edigo saliendo al exterior.

Todos se encuentran reunidos hablando sobre nuestro destino y como convencer al rey.

- Tal vez si le contamos algo sobre la profecia acceda, aunque deberia contarla Kea. Ella es una sacerdotisa, seguro que sabe mas cosas sobre la profecia que nosotros, ¿no?- digo mirandola a ella.