una mañana intensa

- Ire a buscar al mago y al enano, asi podremos descansar todos. Porque si es cierto lo que dices tendremos que hacerlo todos sin excepcion. Enseguida vuelvo- digo guiñandola un ojo desde la puerta-Durbat, cuidamela. Y descansar.

Salgo de la habitacion seguido del elfo de antes, cuando llego a la entrada del bosque se da la vuelta haciendo de nuevo su camino. Al llegar al claro hago un pequeño gesto al mago para no interrumpir la conversacion de ambos. Y me quedo alli parado esperando su respuesta.

Mientras hablo con el enano, el elfo oscuro vuelve hacia donde nos encontrabamos y espera para no interrumpirnos. Nos hacercamos hacia él.

- Hola de nuevo, amigo. ¿Como estan la princesa y el montaraz? ¿So muy graves sus heridas?

Veo a los dos acercarse a mi, es una estampa algo estraña.

- No son muy graves, yo creo que con descansar un poco se sentiran mejor. Ademas me he tenido que ir de alli no me ven con buenos ojos, ni diciendolo la princesa.- le digo al mago.- ¿Crees que es buena idea que vaya con vosotros?

-No es necesario.-Estar en la camilla me aburría, y el montaraz no hablaba demasiado--Estoy aquí.

Me acerco al grupo cojeando aún de la pierna herida.

-¿Alguna idea sobre lo que hacer ahora, mago? Porque sugeriría que empezaramos cuanto antes a entrenar a Durbat, y eso implica contarle todo sobre quién es y su destino.

- ¿Donde le has dejado a el?-digo al ver de nuevo a la elfa-Si quereis contarle las cosas, dejar que lo haga yo. Tengo derecho a hacerlo ¿no?- digo mirando a todos.

Me acerco hasta Eleneär haciendo que se apoye en mi hombro ayudandola con su pierna herida.

- Pero ¿estas bien?- digo preocupado- creo que deberiamos descansar un poco todos, y tambien tengo que darle la razon a Gmork- digo sonriendole intentando que se de cuenta de que no tengo anda en contra suya.

-Estoy bien, ya no soy un bebé. Durbat está dormido en la caseta, supongo que serás al primero que quiera ver-le murmuro a Gmork, que se empieca a alejar-Y tú mago, seguro que tienes algo por hacer, ¿A que si?-Quedaba claro que quedaba quedarme a solas con el elfo.

-Es posible que si necesite descansar, pero será contigo-le digo sonrojada

Sonrio a las palabras de la elfa cogiendola la mano suavemente comienzo a acariciarla. Empezamos a andar hacia la ciudad de nuevo.

- Los deseos de mi princesa son ordenes para mi.-digo sonriendo.

MIENTRAS TANTO

Salgo del claro donde nos encontrabamos para dirigirme a la habitacion donde se encontraba Durbat, al llegar a la ciudad un elfo me guia hasta ella. Entro por la puerta y alli se encuentra el tendido en una cama, me acerco a el y abre los ojos.

- ¿Como estas pequeñajo?-digo riendome y dandole un pequeño golpe en la rodilla-Tengo cosas que contarte pero...nose por donde empezar.

Tras irse de alli Eleneär me quedo traspuesto un rato, cuando oigo unos pasos entrar en la habitacion, es Gmork.

- Tranquilo estoy bien- digo al notarle preocupado- Solo fue un rasguño. Tranquilo Gmork, empieza por el principio.

- Veras Durbat.- digo subiendome de un pequeño salto a la cama y sentandome a su lado mirandole a la cara.- Antes de empezar tengo que decirte que yo no lo sabia. Al parecer formas parte de una profecia de hace muchos años, al igual que yo, pero tu eres el personaje principal, por asi decirlo. El mago de antes, Istar, es el que me lo ha contado. El fue el que te salvo hace años y siempre te ha estado cuidando aunque sin que nos diesemos cuenta.-me quedo callado esperando su reaccion.- Ahora estan esperando que vayamos con ellos, pero tu decides.

Me hecho hacia un lado dejando hueco al enano al sentarse en mi cama, y le escucho con atencion. Cuando acaba me quedo paralizado sin saber que decir.

- Yo...¿crees que podemos confiar en ellos? no los conocemos de nada y ¿si estan mintiendonos?

- No lo creo, Durbat, creo que dicen la verdad. Sera mucha informacion de golpe, descansa y piensa en ello. Mañana hablaremos.- digo.

Entonces bajo de la cama y salgo de la habitacion hacia la mia, cerrando la puerta el entrar. Me tumbo en la cama y me quedo mirando el techo hasta que me quedo dormido.

Veo salir al enano de mi habitacion con la cabeza gacha. Me quedo en la cama pensando como proceder al dia siguiente con los que deben ser mis nuevos compañeros, entonces poco a poco cierro los ojos y me quedo dormido.

De repente se oye un fuerte golpe en la puerta, al parecer ya se ha hecho de dia. Me levanto y me dirigo a la puerta.

Off: seguir escribiendo alguno no?

Golpeo la puerta donde se encuentra descansando Durbat. He de hablar con él, pero no contarle todo.

- Buenos dias, Durbat. ¿Como te encuentras? ¿estan algo mejor tus heridas?

Abro la puerta y entra el mago.

- Hola, Istar. Mis heridas bien, gracias.-digo apartandome de la puerta dejandole entrar.- ¿Has venido a explicarme lo que me conto Gmork?

MIENTRAS TANTO..

-En verdad solo quería asegurarme que no tenias ningún problema con..bueno con el resto de mi raza-sonrío-podemos ser muy mmmm raros en ocasiones. Además quería dejarle solo a Durbat, necesita conocer todo sobre él y no creo que le emocionara tenerme por allí. Y por último, no quería dormir sola.

Durante la charla habíamos llegado a una de las cabañas que nos habían asignado. Entro seguida del drow y me acuesto, cansada.

-¿Qué sabes de la profecía, Huindur?

Llegamos a la cabaña elfica y nos tumbamos en la cama, cuando comenzamos a hablar.

- yo de la profecia nose nada...asi que podrias contarme todo lo que sepas tu, ¿no?. Si puedes claro.- digo sonriendo dulcemente.

Entro en la habitación de Durbat. Cuando me pregunta por si voy a contarle algo, me giro hacia él.

- No he venido solo por eso, pero creo que hay determinadas cosas que debes conocer, porque te afectan a ti directamente. Hay un motivo por el que toda tu aldea y casi toda tu gente ha sido exterminada: una profecia anunció que será un miembro de tu raza el que derrotará a un nuevo y desconocido mal. Aun no he tenido constancia o noticias de que dicho mal haya aparecido, pero tu sobreviviste por algun motivo, y por eso debemos emprender este viaje lo antes posible.

Me quedo mirandole esperando por su parte alguna reacción.

Medito las palabras del mago intentando comprender todo lo que me dice y todo lo que se me viene encima de repente.

- Hablas de mal desconocido, que nadie sabe que es y no se ha visto, ¿me equivoco?. Ademas, me pides que deje todo, que tampoco es mucho, para seguiros por toda la tierra media, por algo que no llego a comprender. Pero Gmork parace que confia en ti y esta dispuesto a ir con vos, asi que ire yo tambien.

- Bien mago, hare lo que me dices. Aunque con una condicion, no cumplo ordenes de nadie a no ser que sea yo mismo, ¿entendido?. Y ahora tengo otra pregunta, ¿cuando nos vamos?- digo dandome la vuelta y preparando mis cosas para marcharnos lo antes posible.

Miro a Durbat y le sonrio.

- En ningun momento he pretendido que cumplieras mis ordenes. No soy tu jefe ni tu señor, solo tu compañero de viaje. Pero espero que que sigas mi consejo cuando te lo de, en algunos momentos lo necesitaras.

Veo que empieza a recoger sus cosas y me pregunta sobre cuando nos marcharemos.

- Pues en seguida, en cuanto la princesa, el elfo y tu amigo esten preparados. Saldremos rumbo a Isengard, donde se encuentra la Torre de Hechiceria. Alli recogere unas cuantas cosas necesarias para nuestro viaje.

Me levanto de la cama y recojo mis cosas rapidamente, preparado para ir a buscar a Durbat. Salgo de alli y me dirijo a su habitacion, al llegar alli me encuentro la puerta abierta y al mago en su interior. Entro y veo a Durbat recogiendo sus cosas.

-vaya, asi que soy el ultimo en enterarme que vamos a hacer el viaje.- digo con mi tono gruñon de siempre aunque sonriendo-¿A donde nos dirigimos?-pregunto al mago mientras ayudo a Durbat con sus cosas, ya que es muy olvidadizo.