Empezando el viaje

- Nadie va a...moverse de...aqui - digo, aun débil, intentando detener al enano.

Todos se acercan para intentar ayudarme, pero les hago un gesto con la mano para que se detengan.

- No os preocupeis, estoy bien. Solo cansado por el uso de tanta magia. En cuanto a lo de rescatar a Huindur, no creo que sea buena idea. Se entregó para salvarnos y dudo mucho que podamos encontrarles. Mi hechizo bañó de luz todo el bosque, pero me es dificil sentir nada dentro de él. Lo siento, pero solo podemos esperar - digo, desanimado y me siento en el suelo.

Veo al mago casi sin fuerzas sentarse en el suelo del bosque.

- No hablaras enserio, ahi esta su pantera seguro que ella sabe guiarnos hasta su poblado. Si la seguimos podremos rescatarle y salir de este tetrico lugar.- digo.

Me acerco al animal que se encuentra agazapado entre unas rocas cercanos, esta asustado y parece que no va a salir de ahi. Me aproximo a el y me siento a su lado a acariciarle el lomo intentando tranquilizarle.

- ¡A esperar!- gruño.

Cojo al enano y lo cargo sobre mi hombro mientras patalea, intentando seguir luchando contra los drows. Le llevo hasta donde se encuentran Istar y Eleneär. El amgo dice que debemos esperar y se sienta a recobrar fuerzas mientras Gmork gruñe diciendo que no podemos quedarnos quietos alli.

- ¿Crees que es buena idea esperarle aqui? ¿y si acaban con el?. Se ha ido con ellos para darnos tiempo y escapar, creo que deberiamos esperar fuera del bosque aunque no se si el conseguira salir de aqui.- digo cogiendo el hombre de la elfa.

MIENTRAS TANTO...

Escucho atentamente las condiciones que Huindur me pone. Casi no puedo contener la risa.

- Lo de no hacer daño a tus amigos no puedo prometertelo, van a impedir algo que llevo esperando muchisimo tiempo Huindur. En cuanto a Artemis, no esta siendo controlado por nadie, esta conmigo por voluntad propia, y si no se va es porque no quiere.

Me giro hacia el y le digo:

- Es suficiente, ya te he dicho cual es tu misión. Y no pienso esperar a que me contestes.

Empiezo a concentrar mi magia en el y digo, en el idioma de los magos:

- Mallum Est

Off: maldición de obediencia

El hechizo que lance a Huindur le hará obedecerme a todo lo que le diga. Pero necesitaba probarlo para ver si funcionaba.

- Huindur, ¿a quien sirves a partir de ahora?

Le oigo con desprecio como una a una niega cumplir mis propuestas para trabajar como espia para el. Entonces me lanza una maldicion y aunque intento luchar contra ella, mi mente no es tan fuerte y consigue completarse la maldicion.

- A ti, mi señor.- digo haciendo una reverencia, dandome asco a mi mismo.

- Bien, asi me gusta, hijo mio. Acercate. De vez en cuando contactaré contigo, en tus sueños, para que me cuentes todo lo que hayas averiguado. Y no olvides que te estaré vigilando. Ahora, vuelve con tus amigos y diles que te he dejado marchar, con la condición de que no regreses nunca. Ahora, vete.

Vuelvo a sentarme en mi sillón.

"Creo que es hora de llamar a una vieja amiga"

Asiento con la cabeza y salgo del poblado elfico, entre cuchicheos e insultos. Sin mirar atras me dirijo al valle donde deje a mis amigos, deseando que se hubiesen ido y nunca los encuentre. Pero no alli estan todos, la pantera viene corriendo hacia mi chupandome la cara, Gmork se levanta de un salto asustado por ella y eleneaär viene corriendo hacia mi abrazandome.

- Tranquilos chicos, estoy bien. Salgamos de aqui enseguida antes de que se arepienta de haberme dejado escapar.- todos me observan con cara de extrañeza.- Al fin y al cabo es mi padre, no pudo matarme una vez. ¿Porque iba a hacerlo ahora?- digo mientras emprendo el camino de salida de este bosque deseando no volver a pasar por alli nunca mas.

- Huindur tiene razón. Movamonos de aquí, antes de que Wiedzmi se arrepienta.- digo, mirando a Huindur, al que noto diferente, pero en seguida se me pasa debido a lo que acaba de ocurrir.

Recogemos nuestras cosas y salimos del Bosque de la Hoja Dorada, para ver en frente nuestra la gran Torre de Hechicería de Isengard, a la que llegariamos en dos o tres dias.

Aparto con brusquedad la mano de Durbat en mi hombro. El consuelo no me vale, estoy furiosa con todos por obligarme a esperar. Paseo nerviosa de adelante atras hasta que veo como la pantera corre hacia alguien.
Sonrío al verle sano y salvo y corro hacia él para abrazarle.

-Me alegra que estés bien-e ignorando a todos los demás que ya habían empezado a caminar, le beso, para justo después, seguirles.

No obstante, el hecho de que nos quisiera matar, nos perdonara por llevarse a su hijo y que luego lo devolviera, no me olía demasiado bien.

Cuando llega Huindur todos le miran extreñado por volver sano y salvo. Yo sin entender nada, emprendo el vieja de salida de este bosque siguiendo a Huindur. Tras un par de horas salimos de ese bosque dichoso, al salir una luz del sol nos da en la cara haciendo que cerremos los ojos.

- Por fin hemos salido de ahi, epsero que a la vuelta pasemos por otro lado.¿Ahora hacia donde vamos?- digo señalando una bifurcacion del camino.