Un nuevo hogar

Artemis y yo seguimos viajando a pie hacia la casa que mi familia poseía antiguamente en estas tierras. Llevamos varias horas andando y, aunque estamos agotados y apenados por la muerte del montaraz, sabemos que debemos llegar cuanto antes para estar a salvo.

Al final del sendero, veo la antigua casa de campo abandonada.


Miro a Artemis, para decirle que ya hemos llegado, pero su cara lo dice todo por él.

- ¿Qué? Es la casa en la que vivia mi familia cuando aun no estabamos en el poder. No siempre hemos sido los Senescales de Gondor, ¿sabes? Además, creo que con esta "casa" pasaremos muy desapercibidos- le digo, bromeando.

Voy caminando al lado de Mathian, rodeandole la cintura con mis brazos. Tras varias horas de camino, llegamos a un pequeño camino, que despues de una pequeña colina, se encuentra una casa en estado ruinoso. Miro a Mathian, poniendo cara de extrañeza.

- Vaya y yo que pensaba que mi pequeño Mathian, me iba a llevarme a un gran palacio.- digo sonriendo-Tranquilo, es broma. A mi me da igual donde estemos, mientras estes tu a mi lado.- digo besandole.

Me acerco hasta la cabaña para ver el estado en el que se encuentra con mayor atencion.

- Con unos cuantos arreglillos quedara como nueva.- digo sonriendo.

Sonrio a su comentario.

- Por supuesto que hay que hacer unos arreglos. ¿Piensas que voy a pedirte que vivamos juntos y te voy a llevar a una casucha? ¿Por quien me has tomado? - bromeo con él.

Nos acercamos a la casa y me dispongo a abrir la puerta, pero no me da tiempo ya que, con solo tocarla, se cae al suelo.

- Bueno...creo que tenemos que arreglar muchas cosas aqui.

Me rio cuando veo que la puerta cae al suelo y con la cara que pone Mathian.

- Bueno, no te preocupes. Lo primero de todo es arreglar el tejado, pueden entrar bichos y no hablemos si llueve. La puerta sera lo mas sencillo que tendremos que arreglar.- digo metiendome en el interior de la casa.

Miro las paredes que le faltan algunas piedras y los agujeros del techo.

- Deberiamos de aprovechar las horas de luz que quedan para arreglar el techo, vayamos a buscar pajas y ramas por aqui cerca.- digo cogiendole de la mano y buscando en el exterior de la casa.

Empezamos a buscar los materiales para arreglar el tejado. Encontramos unos troncos que serviran para tapar los huecos. Volvemos a la casa y empezamos con los arreglos. Antes de comenzar le cojo de la mano y le atraigo hacia mi.

- Me hace muy feliz que estes aqui conmigo, Artemis. Hacia mucho tiempo que no me sentia asi. Contigo puedo ser como soy realmente. Y por eso te quiero tanto - le digo cariñosamente y le beso dulcemente.

Me atrae hacia el, despues de haber dejado los troncos en el suelo y me besa.

- Pues espero que te dure mucho. Porque yo no voy a dejarte escapar nunca, te quiero demasiado. Y a partir de ahora te llamare pequeñin.- digo alborotandole el pelo.- Ahora a trabajar.- digo azotandole en el culo.

Yo me subo al tejado cogiendo los troncos con cuidado de que no se caigan y de no caerme yo por alguno de los agujeros. Tras varios minutos de trabajo, me quito la camiseta a causa del calor, tirandosela a Mathian que se encuentra abajo pasandome los troncos.

- ¡Ahi va cariño!

Cojo su camisa al aire. Cuando miro hacia él veo su torso desnudo, y le sonrio.

- No me provoques. Que ya sabes de lo que soy capaz- le sonrio.

Sigo pasandole troncos y, cuando el no me mira, aprovecho para admirar su cuerpo.
Tras ese momento, sigo ayudando a Artemis con el techo. Poco a poco, el techo va quedando como nuevo, pero el sol comienza a desaparecer.

- Oye, ¿quieres que prepare algo de comer? Estaras hambriento después de tanto trabajar.

Cuando hemos acabado la mitad del tejado, el sol comienza a declinar. Entonces Mathian dice que si prepara algo de comer.

- No te molestes Mathian, en el petate hay algo del corzo que cazo Huindur. Haz una pequeña fogata para calentarlo, mientras termino esto.- digo colocando algo de paja encima y barro para sujetarlo.

- Esta bien, Artemis. Pero no tardes mucho, que la comida se enfriará.

Entro al interior de la casa, y veo que está bastante mejor conservado que el exterior. Compruebo que la cocina tiene los utensilios necesarios para hacer algo de comer. Enciendo la chimenea y lleno una cacerola con agua donde meto el corzo. Busco en el petate y encuentro algunas especias que también hecho en el puchero.

De repente, se oye un gran golpe fuera.

- ¡Artemis! - grito, y salgo corriendo para ver si mi amado se encuentra a salvo.

Me quedo fuera en el tejado, mientras Mathian prepara el fuego para calentar el corzo para la cena. Me dispongo a colocar uno de los palos, cuando me resbalo y caigo al suelo, haciendo un gran estruendo al caer.

Me doy un golpe en las costillas, dejandome sin respiracion, intento levantarme pero mi cuerpo no me responde. Entonces veo una figura difuminada que se acerca corriendo hacia mi. Cuando esta a mi lado se arrodilla y veo la cara de preocupacion de Mathian.

- Tran...quilo, estoy...bien. Intenta llevarme...dentro.- digo echandome la mano al costado.

Le levanto del suelo y le cojo en brazos como puedo, ya que pesa más que yo. Entramos en la casa y le tumbo en una alformbra que hay bajo la ventana. Le doy a beber un poco de agua que quedaba de nuestro viaje y el resto se lo hecho por la cara y por su torso desnudo para desinfectar las heridas que se le habian producido por la caida.

Me arrodillo a su lado y le cojo la cabeza.

- ¿Estas bien, Artemis? Contestame por favor.- digo, muy preocupado.

Mathian me coge con delicadeza, y consigue llevarme hasta el interior de la casa tumbandome en una vieja alfombra. Me echa agua por la cara y por todo el cuerpo, curandome las heridas.

- Estoy bien pequeño, no te preocupes.- digo tocandome en el costado-¡Au! sera mejor que no me toques mucho en el costado, pero estoy bien enserio. Solo es por el golpe, mañana estare recuperado para terminar nuestra nueva casita.- digo intentando animarle.

- ¿Como no me voy a preocupar? ¡Te has caido del tejado y te has dado un golpe muy fuerte! Ahora no te vas a mover de aqui. Yo te traeré la cena y me ocuparé de atrancar la puerta para protegernos esta noche. Y no quiero oirte rechistar.

Me levanto y cojo un par de platos, donde echo el corzo ya cocinado. Me siento a su lado y se lo ofrezco.

- ¿Que tal me ha salido? - pregunto.

- Si papa.- le digo bromeando.

Cojo un pequeño trozo, aunque sin hambre debido al golpe. Lo mastico varias veces y me lo trago.

- No es que te haya salido malo pequeño, pero he perdido el apetito.- digo apartando el plato de mi lado.

Me muevo un poco, para colocar mi cabeza sobre su pierna. Cuando me da una punzada de dolor en el costado, y bajo la mirada para que Mathian no lo note.

- Todo saldra bien, ya lo veras. Te lo prometo.

- Se que no soy muy buen cocinero. Pero aprenderé, lo juro.

Intenta tranquilizarme con sus palabras pero yo se que esta débil por el golpe.

- A mi no tienes que engañarme. Me importas y voy a preocuparme por ti aunque me digas que estas bien.

Me levanto y coloco la puerta en su sutio como puedo. Delante pongo un par de muebles para proteger la puerta y que no se caiga. Vuelvo junto a Artemis y el fuego de la chimenea.

- Ven aqui. Descansemos. Mañana tienes que estar recuperado, pues nos espera un dia largo.

El se acerca a mi tras poner varios muebles en la puerta que se cayo anteriormente, sentandose a mi lado. Le atraigo hacia mi, con mi brazo mientras consigo sentarme apoyando mi espalda en la pared.

- No digo que no te preocupes por mi pequeño, pero estoy bien. Mañana acabaremos el tejado y luego tendremos una recompensa.- digo sonriendo y pasando un brazo sobre sus hombros.

Le beso en la nuca, mientras el me rodea con su brazo intentando no tocarme mucho el costado. Apoya su cabeza en mi hombro y me quedo contemplando el fuego.

- Oye Mathian, es posible que nunca hayas podido hablar de esto con nadie. Me refiero a que eres gay, a mi Huindur me ayudo mucho. Si quieres hablar es el momento.- digo acariciando su hombro.

- Ya sabes que yo solo quiero cuidarte y quererte. No puedo evitar preocuparme por ti.

Empieza a hablarme sobre mi homosexualidad y que si necesito hablar con él que puedo hacerlo en cualquier momento.

- Ya lo se. Como ya os conté, ese es el motivo por el que mi padre me renegó de todo lo relacionado con los Senescales. Por eso nunca he podido mostrarme realmente como soy. Si conocia a algun hombre, nunca era para nada duradero. Para pasar la noche o el rato, nada más. Pero contigo - le digo, besándole apasionadamente - es distinto. Siento cosas que nunca habia sentido por nadie.

Acaricio su pelo y le cojo la mano.

- Oye, ¿tu como te diste cuenta de que te gustaban los hombres?

Me da pena el muchacho, nunca ha podido demostrar lo que realmente siente por alguien reprimiendo sus sentimientos.

- Pues ya no tendras que reprimir nada, tu padre no volvera a hacerte daño. Te lo juro.- digo besandole-Espero que no te enfades, nunca lo hemos contado pero con Huindur y conmigo nos acompañaba un elfo, nos enamoramos y estubimos juntos un tiempo. Luego el me abandono, aunque Huindur me apoyo siempre y me ayudo, por eso tenemos tanta confianza. Espero que no estes celoso por la relacion que tengo con el.- digo apretando su mano y viendo arder los troncos.

- Claro que no, precioso - le doy un dulce beso en la mejilla. - Siento mucho lo que ese elfo te hizo. Me imagino que después de eso muchos hombres pasarian por tu cama. ¿Has manetnido alguna relación larga con alguno?

- Bueno tranquilo, eso paso hace mucho tiempo y Huindur me ayudo a superarlo, es agua pasada. Despues...bueno he estado con un par de ellos, relaciones largas creo que voy a empezar contigo.- digo abrazandole con fuerza.

Las palabras que me dice son las más bonitas que nadie me habia dicho nunca. Me abraza con fuerza y yo le correspondo al abrazo. Le miro dulcmente.

- ¿Sabes? Espero que digas la verdad, porque podría acostumbrarme a esto - le sonrio. - Oye, ¿estas cansado? Creo que necesitas dormir para reponer fuerzas.

Le alboroto el pelo.

- Te recuerdo que la figura paternal de la relacion soy yo, no lo olvides pequeñp. Pero si sera mejor que ambos descansemos, mañana nos espera un duro dia de trabajo.- le doy un beso en los labios y otro en la frente, deseandole buenas noches.

Se acomoda en mi pecho, mientras yo le hago cosas en el pelo mientras miro el fuego. Hasta que se queda dormido, le doy otro beso en la frente y me duermo.

A la mañana siguiente, me despierto. Sigo apoyado contra el torso desnudo de mi amado, que duerme plácidamente. Me separo de el despacio para no despertarle. Le beso en la mejilla y me visto. Aparto de la puerta todo lo que la noche anterior coloqué para atrancar la puerta. Salgo y tomo aire puro.

- Parece que ahora tendremos una vida normal... - digo en voz alta.

Doy una vuelta por los alrededores de la casa para ver en que estado se encuentra el resto de los lugares. Cual es mi sorpresa que, al llegar a un pequeño establo, veo alli algunas gallinas y un ternero. Me acerco a ver en que estado se encuentran: estaban sanos. Lo que queria decir que, hasta hace no mucho alguien vivia por aqui. Me fijo en que hay algunos huevos en el suelo, y parecen frescos. Los cojo y me dirijo hacia la casa para prepararle un buen desayuno a mi hombre.

Empiezo a cocinar cuando oigo a Artemis murmurar y desperazarse.

Me despierto dolorido en el mismo sitio donde me acoste la noche anterior. Me intento levantar con cuidado apoyandome en una mesa. Me siento en una silla esperando la llegada de mi chico que no se encuentra en la sala, me miro el cardenal de mi costado.

- Mathian, ¿donde estas?.- digo levantandome de alli.

Siento una punzada de dolor, por lo que vuelvo a sentarme en la silla antes de que el chico vuelva y me vea.

Voy hacia Artemis cuando veo que se levanta y se vuelve a sentar en la silla. Aparto la comida del fuego para que se enfrie un poco antes de servirselo.

- No te muevas. Tienes que reposar para recuperarte de la caida. Ten, tu desayuno - le sirvo un revuelto recien hecho con algo de queso que teniamos de nuestro viaje. - Espero que ahora tengas hambre y que te guste lo que te he preparado.