Hablando con un aliado valioso

Tras salir de Mordor de la reunion con el señor de los orcos, me dirigo hacia el bosque de la hoja dorada, montado en un caballo negro. Tras varios dias de trayecto llego al nombrado bosque y me adentro en el. Varios elfos oscuros me siguen desde la entrada del bosque y me vigilan sin quitarme el ojo de encima.

Llego al poblado cuando mis perseguidores se me echan encima, con un movimiento de mi baston aparece un circulo de fuego a mi alrededor impidiendoles el paso, uno de ellos intenta pasarlo con la mala suerte de morir quemado.

- Decidle a vuestro señor que Milosh ha llegado. Y no me hagais esperar.- digo al ver como los elfos se quedan quietos, entonces uno sale corriendo a llamar a su señor.

Me encuentro reunido con el resto de jefes del clan cuando siento una gran fuerza oscura entrando en mis dominios. Mando a que los guardias que se encuentran en la periferia de mis tierras se encarguen de ello. Acabo cuanto antes con la reunión y me desvanezco, para aparecer en el lugar de donde viene la magia oscura.

Cuando me reaparezco, veo un gran círculo de fuego rodeando a un hombre con túnica. Me informan de que ha pedido mi presencia. Mando a mis hombres que se aparten. Me concentro y con un sencillo hechizo de viento, apago el fuego.

- ¿Puede decirme usted, mi señor, que hace en mi territorio? Pues yo sou Wiedzmi Dür, señor de los elfos oscuros.

Poco despues aparece el señor de los elfos oscuros. Hago desaparecer el anillo de fuego que me rodeaba, y me acerco a el.

- Soy Miloah, un poderoso mago oscuro. Vengo a informart de que el ejercito de Mordor esta levantandose, ya que la profecia se esta empezando a cumplir. Y creo que le pareceria conveniente saberlo, ¿me equivoco?-digo mirando al elfo.

- Es un honor contar con la presencia de otro mago oscuro. Estos dias no somos tan comunes como antes, y mucho menos de que los magos blancos acabaran con nosotros. Si, habia tenido noticias de Mordor, pero no pensé que fuese tan alarmante como me cuentas Milosh. Ven, vayamos a un lugar más cómodo para hablar - digo mientras señalo hacia el reino de los elfos oscuros.

"La profecía...muy pronto veré cumplido mi sueño" - pienso y rio para mis adentros.

Le sigo hasta una sala con uma gran mesa larga rodeada de muchas sillas, que debe servir como sala de reuniones o actos importantes.

- Veras, cuento con el apoyo de un importante orco que ya esta empezandose a mover.- digo sentandome en una silla-Y sobre la profecia ya se ha formado el grupo del que habla la profecia y entre ellos esta mi hermano, un poderoso mago blanco. Creo que se han dirigido a la torre de Isengard.

Le miro con interés cuando habla del grupo de la profecía y sobre su hermano, el mago blanco.

- Yo ya he tenido la suerte de conocer a ese grupo. Y también de enfrentarme a tu hermano. Es muy poderoso, pero usó un hechizo que le debilitó demasiado. Fue muy gratificante, aprendí mucho sobre esa batalla. Y dime, ¿que sabes sobre el gran Mal del que habla la profecía? - le pregunto, con mucho interés.

Escucho a el señor de los elfos oscuros como pregunta con interes sobre el mal del que habla la profecia.

- La verdad es que no se sabe mucho sobre eso. Los "buenos" solo se han encargado de descifrar la parte que a ellos le importaba y a nosotros nos es dificil. Sobre el mal, sabemos que es algo desconocido que se alzara al poco tiempo de morir a manos de alguien cercano.

- Es algo que sospechaba, pero que aun no sabemos a ciencia cierta. ¿Que te parece si formamos una alianza? Creo que ambos seremos más poderosos si colaboramos en esto. Además, conozco a alguien que te gustará conocer. De hecho, creo que está a punto de aparecer.

De repente, una hermosa mujer se aparece entre el mago y yo. Era Alexia, pero algo cambiada.

- ¿Alexia? ¿Eres tu? Estas algo...cambiada.

Me aparezco en el salón central de Wiedzmi. Pero esta vez no está solo, ya que siento una gran presencia oscura en la sala, a parte de la de Wiedzmi.

- Me alegro de volver a verle, señor. Siento hacer tardado pero hemos necesitado algo más de tiempo. En cuanto a mi aspecto, sé que estoy distinta. Se debe a algo que encontré en la Torre de Hechicería - voy a contarle al señor de los elfos oscuros lo que paso cuando me giro para ver al mago - ¿Quien eres tu?

Veo aparecer a una maga oscura a nuestro lado.

- Yo soy Milosh, hermano de Istar.- digo cogiendola una de las manos y besandosela cortesmente.- ¿A quien tengo el placer de conocer?

El aura del mago es muy atractiva, tenebrosa. El tipo de hombre que a mi me gustaba. Y él lo habia notado.

- Mi nombre es Alexia, mi señor, y es un placer conocerle - digo, haciéndole una reverencia. - Sirvo al antiguo señor de Mordor. Soy su sacerdotisa. Por eso he venido de nuevo a ti, Wiedzmi. Lo que encontré en la torre sobre la profecia no era nada diferente a lo que nosotros supiesemos, pero si obtuve algo. Esto - digo, y hago aparecer mi nuevo bastón, con los ojos de la parte superior brillando. - Ahora, mi poder se ha visto aumentado y oigo voces en mi cabeza. Y creo...creo que esas voces son del antiguo señor de Mordor, Sauron.Me giro para mirar a Milosh.

- ¿Que cree usted?

Oigo el relato de Alexia, si ha conseguido entrar en la torre es que es mas poderosa de lo que parece.

- Es interesante eso que dices, si oyes la voz de Sauron, el podra decirnos como actuar. Incluso es posible que podamos hacer que vuelva de alguna manera. Tal vez si fueses a Mordor oyeses con msyor claridad lo que nuestro antiguo señor te dice.

- Estoy de acuerdo contigo, Milosh. Pero no debemos precipitarnos, antes he de consultar con el resto de los clanes de elfos oscuros. Estoy muy intrigado por lo que me cuentas Alexia, asi que yo iré con vosotros. Si me disculpais, he de ocuparme de algunos asuntos. Alexia, el mago y tu podeis instalaros en la cabaña para invitados. Ya sabes donde está. Si me disculpa mi señora - le beso la mano - y mi señor - estrechándole la mano.

"Por fin" - pienso.

Salgo de la cabaña, seguida del mago, que siento que me mira de forma extraña. Me doy la vuelta para hablar con él.

- Tienes un aura oscura tremendamente poderosa. ¿De donde has sacado tanto poder?

Oigo a la maga.

- A lo mejor te interesa saberlo, soy hermano gemelo de Istar. ¿Lo conoces?. Soy descendiente de Gandafl, tal vez de ahi he sacado mi poder.

- He oido hablar de el. Todos los magos le tiene como al ser más poderoso de la Tierra Media. Pero eso es porque aun no se han enfrentado a Alexia, sacerdotisa de Sauron.

Entro en la cabaña y veo que el mago se queda fuera. Salgo y, apoyandome de forma sensual, le digo:

- Vamos, mi señor. Que no muerdo.

La maga se me insinua de una forma muy cantosa, nose que es lo que esta intentando hacer, pero no me fio de ella.

- Veras creo que prefiero quedarme por aqui fuera. No me mal interpretes pero es que prefiero que me da el aire fresco.

- El aire fresco está bien. Mejor que bien.

Sin pensarmelo dos veces me desabrocho mi vestimenta, cayéndose al suelo al instante, dejandome solo con la ropa interior de abajo. Me acero al mago y le quito su gran túnica viendo que, aunque debajo este vestido, tiene un fornido cuerpo.

- Vaya, vaya. No esta mal - digo, con mirada lujuriosa.

Cuando la maga me desnuda la beso con pasion y desaparezco del lugar.

- Lo siento querida, no tengo tiempo para estas tonterias.- digo desapareciendo en una nube de huno negro.